sábado, 22 de junio de 2013

Al Querido Pepe Arenivar.

A ése hombre de hablar sereno y tranquilo 
que sonreía en clase 
y lograba atraparnos sólo con la magia 
de la palabra ya escrita
borrando el bullicio del mundo 
de manera exquisita
hecho de una madera para enseñar 
que pareciera hoy día extinta.
Tenía poca paciencia 
con quien no dejaba de hablar
lo incomprensible, 
lo explicaba de forma muy simple
encontró la fórmula perfecta 
y captar la atención
para hacer lo que para otros 
fue misión imposible.
 Forjó no sé cuántas vidas 
(entre todas ellas la mía)
Soñó no sé cuántos sueños 
(entre ellos... los míos)
Sin duda 
un gran ser humano que extendió su mano
quien abrió nuestras mentes 
incluyendo a los mal portados.
 Y yo te recuerdo... 
siempre hablando tan emocionado
de Grecia... de Hómero... 
de la Odisea y de la Iliada
de Jorge Isaac y su María, 
de Jaime Sabines y su Poesía
del asombroso mundo de nuestro idioma 
y de la palabra.
 Eso ocurrió... 
hace ya muchos, muchos, muchos años
me enseñó como luchar 
y como lograr todo aquello que amo
fue por ahí afanoso 
arando las mentes de tierra
y dejando caer la letra 
poco a poco... 
sembrando.
 Y yo estoy aquí... 
con una gran sonrisa en los labios
cuando pienso en tu nombre
 querido Profe Arenivar
decidida a seguir tus logros 
y tus pasos en la Poesía 
Pepe... 
con una sola frase que nace del alma 
¡Gracias!.
Aquel hombre alto 
de cabello rizado
que llenaba de emoción al entrar al salón
y con su sabiduría 
y pasión nuestras mentes
hoy lo llamo mi amigo y aún mi maestro.
A ése hombre 
de hablar sereno y tranquilo 
que sonreía en clase 
y lograba atrapar con la magia 
de la palabra ya escrita
borrando el bullicio del mundo 
de manera exquisita
hecho de una madera para enseñar 
que pareciera hoy día extinta.

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