Al conjugarse los verbos
que por la melancolía
parecieran ser eternos
escribiendo están mi poesía
Aquí donde me encuentro
atando uno a uno los recuerdos
que así como es el tiempo
con prisa ya han partido.
Sin detenerse por un minuto
en su incansable marcha
atravesando las distancias
de las palabras no pronunciadas.
Llorando muchas veces
por los rincones vacíos
contando aquellos errores
que por temor fueron cometidos.
Que se convierten en dolores
en frías ráfagas de ausencias
que sin piedad nos atormentan
y sin quererlo... hoy sufrimos.
Navegando por los mares
entre olas de intensas soledades
cielos con nubes de presencias
que soplando el viento las separa.
Es el deseo del abrazo tierno
de aquella pequeña sonrisa
y la luz que hay en la mirada
de unos ojos color de las mieles.
Es el roce de unos dedos que se deslizan
acariciando nuestros cabellos
el aroma del perfume inconfundible
de dos cuerpos que alguna vez se amaban.
El grito que me habita
callado entre los labios
el sello que hay en la boca que no grita
y aún se niega a pronunciar...
Te Quiero.
