miércoles, 20 de marzo de 2013

Ebria la noche

Leve humo de brumosa palabra
que vives en las manos atadas
de soledad trampas y angustias
olvidada en las copas brindadas.

Noche entre cigarros y alcoholizada
de amores que mueren a puñaladas
por antojos de los deseos que aguardan
el llegar de las madrugadas.

Rimas que nunca fueron escritas
pero entregadas en las mascaradas
lobo, hombre cretino que aullas
a la luna que ha sido engañada.

Hierros candentes que marcan
de los placeres su púrpura
en una cama que será olvidada
rojos humeantes de horas gozadas.

Sábanas blancas que esperan tatuadas
ebria amargura que las aventajas
en el destello que tiene al llegar la mañana
después de una noche perdida... equivocada.

Nostalgia que habita el recuerdo.

Soy... quien habita el recuerdo
pensamiento fugaz de madrugada
no soy, sino la muda nostalgia
palabra permanentemente callada.

Me muevo entre quietas paredes
de alguna casa que ha sido olvidada
salitre... de antiguos momentos
que cubrío el tiempo en su marcha.

Imágen que se diluye de a poco
y se extravía en la distancia...
desvaneciendo aquellos sus gestos
entre los pedazos de un espejo ya roto.

Figura que habrá de perderse
en el insesante girar del mundo
derramando por siempre sus letras
que se suspenden en el aire cual humo.

Soy... aquel árbol del huerto
que fué sembrado en la noche
floreciendo siempre al ocaso
y nunca al amor brinda su fruto.

Nómada perpetua... Ave viajera
incapaz de contruir perene su nido
desvelo constante que se teje
en un tiempo pasado... perdido.

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