jueves, 11 de febrero de 2016

LUCES



La cortina blanca
que habita en mi ventana
no refleja más luz, 
quizá
el astro del oriente
brille intenso
y yo,
me siento tan lejana.
Ay
los espejos de montaña.
Ay
la llave ancestral
y los crepúsculos.
Ay
la moneda al aire
en el azul atrapada al sol
del viejo mundo,
que entre mis manos
logrará brillar,
tal vez algún mañana.
Ay
la esperanza.
Ay
el alud.
Ay
la quietud
que sin saberlo
me abraza y aprieta el alma
con toda la amplitud
que nos depara el ocaso,
el alba.
Ay
mis gentes cotidianas,
a plena luz.
Ay
mi atardecer.
Ay
mi madrugada
¡ahí estaba!
bajo un árbol de manzanas.
Igual que la mariposa en el azahar
¡feliz!
desplegando nuevas alas.
Sin crepusculares carmesí
iniciando la marcha,
¡ahí!
batiendo alas rojas
para cruzar los mares.
Me vi partir,
amor,
esfumada entre mis manos
aromando tantos ayes
sin preguntas,
sin tiempos, sin viejas anclas...
Solo luz,
¡libre!
en el naranja
de los aires.

Tizzia Holwin

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