¿Quién muere de ti?
e intenta encender la palabra
en medio de la obscuridad
de las noches sin estrellas.
¿Quién guarda de ti?
reflejos, destellos, memorias
y grita con la voz del silencio
¡A donde te fuiste... Sombra!.
¿Quién muere de ti?
e intenta lograr ahuyentar
la tormenta de la ausencia
y sortea tus olas de soledad.
¿Quién guarda de ti?
imágenes en los espejos
que observan fijamente
como antiguas fotografías.
¿Quién muere de ti?
y se viste en tu recuerdo
con la piel de tu sonrisa
atándola a su propia boca.
¿Quién guarda de ti?
trozos de aquél naufragio
y muere de perfil...
en tu amor de isla desierta.
¿Quién muere de ti?... ¿Quién?

Soy... un aprendiz de la letra, una enamorada de la palabra y del silencio. Intimista en la mayoría de sus escritos, peregrina en el camino de la emoción. Me disfruto así, vacía de aflicciones y sin preocupación ante la página blanca al frente, a la que observo y escribo sobre ella y me atrevo a plasmar el desnudo del alma, el rostro del camino y el andar por la hermosa vida. Y que se convierte (para mi) en único destino la palabra, la poesía, los versos... El Poema.
miércoles, 29 de mayo de 2013
Ésto Que Nos Une.
En la travesía por los caminos
vamos por ahí pateando piedras
hasta que surge de pronto la chispa
ésa que cambiará nuestras vidas.
Emerge entonces el sentimiento
que nos hace creernos inmortales
y nos convierte en una especie nueva
provocando un gran cambio al interior.
Y ocupamos el lugar que corresponde
aspirando a la eternidad al lado de ella
con el anhelo de retenerla en las manos y
mantenerla encendida al pasar de los años.
Ella la que nos obliga a creer que Dios
transforma el universo en el siempre
siempre a nuestro alrededor y no...
al de la hermosa vida y su naturaleza.
Para darle color a nuestros paisajes
con el dorado intenso del desierto
y el verde esmeralda del mar caribe
donde hablar de desdicha es imposible.
Es la chispa de la bendita escritura
al patear la piedra el elegido de Dios
para trascender tiempos y distancias
en el destello de... Ésto que nos une.
Y tiene nombre de Diosa.... Poesía.
vamos por ahí pateando piedras
hasta que surge de pronto la chispa
ésa que cambiará nuestras vidas.
Emerge entonces el sentimiento
que nos hace creernos inmortales
y nos convierte en una especie nueva
provocando un gran cambio al interior.
Y ocupamos el lugar que corresponde
aspirando a la eternidad al lado de ella
con el anhelo de retenerla en las manos y
mantenerla encendida al pasar de los años.
Ella la que nos obliga a creer que Dios
transforma el universo en el siempre
siempre a nuestro alrededor y no...
al de la hermosa vida y su naturaleza.
Para darle color a nuestros paisajes
con el dorado intenso del desierto
y el verde esmeralda del mar caribe
donde hablar de desdicha es imposible.
Es la chispa de la bendita escritura
al patear la piedra el elegido de Dios
para trascender tiempos y distancias
en el destello de... Ésto que nos une.
Y tiene nombre de Diosa.... Poesía.
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