En la travesía por los caminos
vamos por ahí pateando piedras
hasta que surge de pronto la chispa
ésa que cambiará nuestras vidas.
Emerge entonces el sentimiento
que nos hace creernos inmortales
y nos convierte en una especie nueva
provocando un gran cambio al interior.
Y ocupamos el lugar que corresponde
aspirando a la eternidad al lado de ella
con el anhelo de retenerla en las manos y
mantenerla encendida al pasar de los años.
Ella la que nos obliga a creer que Dios
transforma el universo en el siempre
siempre a nuestro alrededor y no...
al de la hermosa vida y su naturaleza.
Para darle color a nuestros paisajes
con el dorado intenso del desierto
y el verde esmeralda del mar caribe
donde hablar de desdicha es imposible.
Es la chispa de la bendita escritura
al patear la piedra el elegido de Dios
para trascender tiempos y distancias
en el destello de... Ésto que nos une.
Y tiene nombre de Diosa.... Poesía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjame escucharte, para mí es importante tu comentario