Recordándote enamorado
a la orilla de aquél río
buscándote en la mirada
el final para mi camino.
Y en ella lanzandome al vacío
por ése borde del espacio
donde el amor quedó suspendido
en aquél abrazo que compartimos.
A donde se mudó el encanto
del viejo asiento compartido
empolvado ahora por el paso
de los ayeres transcurridos.
Sólo me quedan los poemas
cayendo igual que las hojas
de aquél otoño y que recogimos
para guardarlas en mis libros.
Recordándote feliz e ilusionado
por aquello que una vez sentimos
la amorosa magia que con la luna
en una noche etérea nos bebimos.
Hoy... que me visto de silencio
en aquellas antiguas memorias
poblada de versos, yo te escribo
con un dejo de nostalgia y desvarío.

Soy... un aprendiz de la letra, una enamorada de la palabra y del silencio. Intimista en la mayoría de sus escritos, peregrina en el camino de la emoción. Me disfruto así, vacía de aflicciones y sin preocupación ante la página blanca al frente, a la que observo y escribo sobre ella y me atrevo a plasmar el desnudo del alma, el rostro del camino y el andar por la hermosa vida. Y que se convierte (para mi) en único destino la palabra, la poesía, los versos... El Poema.