Te regalo mi silencio
en un papel en blanco
ausente de las letras
sin dolor en su tema.
Te regalo una canción
con un discurso perdido
ausente de las caricias
sin memoria en las venas.
Te regalo un recuerdo
con mi deseo en las manos
ausente de las querencias
sin soneto con mis penas.
Te regalo el problema
que no tiene respuestas
ausente de preguntas
sin truco y sin teorema.
Te regalo... una tregua
en aquel beso robado
ausente de los versos
sin melancolía y poema.
Te regalo mi pensamiento
con la soledad y el hastío
ausente de toda promesa
y mis palabras sin fonemas.
Soy... un aprendiz de la letra, una enamorada de la palabra y del silencio. Intimista en la mayoría de sus escritos, peregrina en el camino de la emoción. Me disfruto así, vacía de aflicciones y sin preocupación ante la página blanca al frente, a la que observo y escribo sobre ella y me atrevo a plasmar el desnudo del alma, el rostro del camino y el andar por la hermosa vida. Y que se convierte (para mi) en único destino la palabra, la poesía, los versos... El Poema.
Bellísimo ese regalo poético, Eladio
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